
He de ir preparándome para mi huida. He de organizarlo todo. Primero haré la maleta, y en ella meteré sólo lo imprescindible, sólo lo que voy a necesitar una vez haya llegado a allí. Meteré mis sueños, aquellos de los que nunca te hablé; meteré mi pasiones, sólo las mías; meteré también el olvido, voy a necesitarlo tanto; me llevaré el desamor, a ti no va a hacerte falta. Sólo voy a dejarte los recuerdos, si me los llevo yo no sabré qué hacer con ellos, en cambio tú podrás olvidarlos, de nuevo. Una vez esté hecha la maleta, recompondré mi alma, o lo que quede de ella y también me la llevaré. Si te encuentras algún trocito barriendo ya me lo mandarás. Por cierto, también me llevaré el corazón. Me he acostumbrado a su ritmo de sístole y diástole y no sabría que hacer sin él. Creo que ya está todo listo, no me falta nada, me lo llevo todo, incluso a ti.