
Una mesa, un café, un cigarrillo encendido, unas palabras que ya no tienen sentido. Un te quiero gastado, unos ojos sin brillo. De testigo el silencio, ausente el amor; siempre pasa lo mismo. Recuerdo que decías mirá ésta vez será distinto porque tú me haces falta como el sol en el aire, yo sin ti no vivo. Y el fantasma de los celos, se adueñan de tus sentidos. Otra vez los reproches, siempre pasa lo mismo. Volver a empezar y volver a creer y volverlo a intentar es volver a perder
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