domingo, 12 de octubre de 2008


Una mesa, un café, un cigarrillo encendido, unas palabras que ya no tienen sentido. Un te quiero gastado, unos ojos sin brillo. De testigo el silencio, ausente el amor; siempre pasa lo mismo. Recuerdo que decías mirá ésta vez será distinto porque tú me haces falta como el sol en el aire, yo sin ti no vivo. Y el fantasma de los celos, se adueñan de tus sentidos. Otra vez los reproches, siempre pasa lo mismo. Volver a empezar y volver a creer y volverlo a intentar es volver a perder

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